Tras la publicación de una nueva especie de dinosaurio, bautizada como Gonkoken nanoi, Toshiro Jujihara Vergara, estudiante de doctorado, acusó a un grupo de investigadores y paleontólogos de haberles plagiado su estudio. Los aludidos niegan la acusación, la que hoy se encuentra en tribunales.
En 2013, hace una década, una expedición del Instituto Antártico Chileno (Inach), liderada por su director, Marcelo Leppe, descubrió fragmentos de huesos amarillentos en el fondo de una ladera en el sector del Valle del Río de Las Chinas, zona cercana a las Torres del Paine, en la Patagonia chilena. Finalmente se determinó que se trataba de una nueva especie, que fue bautizada como Gonkoken nanoi.
El sitio se ha transformado en el más emblemático cementerio de dinosaurios en la última década, donde han sido descubiertos algunos de los más célebres fósiles en Chile, incluyendo el Chilesaurus diegosuarezi, el más famoso de estos dinosaurios encontrados en el país.
La acusación de plagio que remece a paleontólogos chilenos
Sin embargo, y luego de que el hallazgo fuera publicado en la revista Science Advances, a través de redes sociales, el estudiante de doctorado en paleontología del Instituto Tecnológico Karlsruhe de Alemania, Toshiro Jujihara Vergara, acusó a los académicos responsables del hallazgo de plagiar su trabajo, y haberle impedido acceder a las muestras para terminar su tesis.
La acusación apunta a Leppe, así como también a Alexander Vargas, director de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, y a los investigadores Jhonatan Alarcón (Universidad de Chile) y Penélope Cruzado-Caballero, esta última, académica del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (Conicet-Unrn) de Argentina.
Molestos, los paleontólogos aludidos y el Comité de Ética de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, negaron inmediatamente la acusacíon del estudiante. Por lo mismo, interpusieron un recurso de protección en su contra por difamación, desprestigio y denostación pública. “Las opiniones vertidas por el Sr. Jujihara afecta profundamente la honra y buen nombre de nuestros representados”, establecía el recurso.
Sin embargo, éste fue rechazado por la Corte de Apelaciones de Punta Arenas, fallando a favor del estudiante. Posterior a esto, los investigadores apelaron al fallo a la Corte Suprema, el que fue nuevamente rechazado el pasado viernes. Este último fallo le da la razón a Jujihara en cuanto a que no existió difamación, pero no fue al fondo del asunto, que es saber si existió plagio.
Y eso es lo que deberán resolver los tribunales, luego que Juhihara presentará una querella contra estos cuatro paleontólogos por atentado contra la propiedad intelectual y apropiación indebida de bienes. La querella fue declarada admisible y se encuentra en etapa de investigación en la Fiscalía.
Acusación por plagio de dinosaurio en Chile se decidirá en la justicia
Daniel Mackinnon, abogado de Juhihara en la querella y que además lo representó en su defensa en el recurso de protección presentado en su contra, explica a Qué Pasa que en el recurso de protección, “ganamos 3 x 0 en la Corte de Apelaciones de Punta Arenas y 5 x 0 en la Corte Suprema”.
Mackinnon dice que la querella criminal acusa delito de plagio por atentado contra la propiedad intelectual contemplado en la Ley 17.366 y por delito de apropiación indebida de bienes, que de acuerdo con la ley se consideran monumentos nacionales”.
El plagio establece el abogado, “se encuentra en la publicación del artículo científico Relict duck-billed dinosaurs survived into the last age of the dinosaurs in subantarctic Chile, publicado en la revista Sciences Advances, en el número de junio de 2023, “de supuesta autoría de los querellados” acusa.
Mackinnon señala que el segundo delito se debe al envío ilegal de muestras paleontológicas al extranjero por parte del Sr. Leppe, que habrían salido de Chile como “muestras de roca”, refiriéndose al envío de parte de los fósiles del dinosaurio, y que a su entender corresponde al delito de apropiación indebida de bienes.
Al hacer este envío, acusa, se burlaron las normas de la Ley de Monumentos Nacionales, N° 17.288, que indican precisamente cómo deben resguardarse y transportarse todos los bienes o especies que se consideran monumentos nacionales.